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miércoles, 23 de octubre de 2013

Diccionario vinícola V: la vista

Imagen de la página web: http://www.alavaturismo.com/

Y ya nos va tocando otra entrega más del exitoso Diccionario vinícola, que espero que os guste tanto como las anteriores y que entre todos vayamos aprendiendo poco a poco un lenguaje relacionado con el mundo del vino. 

Hoy vamos a empezar con los pasos de la cata y como no comenzaremos por el primer sentido que interviene a la hora de catar un buen vino, la vista.

A veces despreciado por algunos expertos, para mi entender es igual de importante que el resto de los sentidos, ya que nos va a indicar muchas cosas del vino incluso antes de haber olido o probado un vino. Pero también es verdad que puede ser uno de los sentidos más engañosos y de ahí el que cada vez estén más de moda las catas a ciegas.

Una vez tenemos el vino en la copa tendremos que fijarnos en varios aspectos:

Primero analizaremos lo que se denomina COMPORTAMIENTO EN COPA:

- LIMPIDEZ Y TRANSPARENCIA: en este punto examinaremos la copa para ver si encontramos alguna partícula en suspensión, que puede provenir de algún tipo de defecto (por ejemplo un trozo de corcho mal sacado) o puede ser del método de elaboración (por ejemplo no ha sido filtrado o tiene cristales de bitartrato al no haber tenido estabilización en frío). Si no tiene máculas y es transparente calificaremos al vino de LíMPIDO O CRISTALINO. 

- CARBÓNICO: nos fijaremos si tiene o no tiene burbujas, en caso de no tenerlas, lo llamaremos VINO TRANQUILO y si las tuviera VINO CON AGUJA. 

Si las tuviera deberíamos de fijarnos en el tamaño, así como la cantidad. A menor tamaño y cantidad regular el espumoso será de mejor calidad y habrá pasado más tiempo de crianza en botella, estando el gas carbónico mejor integrado. Si la burbuja es muy gorda y muy efervescente podría indicarnos que el gas carbónico no es natural si no añadido.

- FLUIDEZ: nos indica la densidad del vino y en este punto tendremos que fijarnos en las llamadas LÁGRIMAS, gotas que se quedan adheridas a las paredes de la copa cuando este se mueve dentro de la copa. La mayor o menor cantidad de estas "lágrimas" no nos da una opinión sobre su calidad. Estas gotas se originan por la presencia de alcohol o azúcar, es decir a más lágrimas el vino será o más alcohólico o más dulce y al revés si casi no hay. Por regla general los blancos serán más ligeros o fluidos que los tintos.

Una vez analizado el comportamiento en copa pasaremos al COLOR:

Viene determinado tanto por la variedad de uva, como por su elaboración, la crianza y el envejecimiento en botella y cada uno de estos aspectos de la vida del vino queda reflejado y puede ser apreciado por un ojo experto y avizor.

Para apreciar bien el color de un vino, tendremos que inclinar ligeramente la copa y ponerla a contraluz sobre un fondo blanco, para que el color de fondo no modifique el color original del vino. Al apreciar el color tendremos que fijarnos en tres aspectos básicos.

- EL COLOR PROPIAMENTE DICHO: los vinos blancos se describen con gamas de amarillos, desde pajizos hasta dorados intensos. Cuanto más claro y amarillo-verdoso sea un vino más joven o menos tiempo en botella ha pasado, mientras que cuanto más dorado y oscuro sea nos indicará que este vino probablemente haya estado durante un tiempo en barricas de madera o haya pasado mucho tiempo en botella.

Para un vino tinto el color se mide en gamas de rojos, dese morados y violetas hasta anaranjados y ocres. Cuanto más rojo y morado sea un vino más joven será, mientras que cuanto más teja o anaranjado sea nos indicará que habrá pasado más tiempo en barricas o almacenado en botella.

- RIBETE: es la parte externa del vino que toca la copa y por regla general más clara. Es en donde mejor se aprecian esos tonos más diferenciadores de verdes y ocres.

- CAPA O INTENSIDAD: en este punto nos fijaremos en la intensidad de color y opacidad del mismo, que nos puede remitir hacia cierto tipo de uvas y que además por regla general nos indica el estado y duración del vino. Un vino intenso de color y capa alta (es decir poco transparente) por regla general nos indica que todavía tiene mucha vida y larga crianza en botella. Una capa alta también nos puede indicar que el vino será sabroso y corpulento.

Como he dicho al principio, la vista en la cata es un sentido que puede resultar engañoso, ya que nos indica aspectos que no tienen por que ser del todo ciertos y que tienen que terminar de ratificarse con el resto de los sentidos. Se puede definir, como indicaciones que nos marcan el camino de que es lo que seguramente nos vayamos a encontrar. 

Ahora cuando tengas una copa en la mano podrías indicar si no ha sufrido filtración, si tiene aguja, si es alcohólico o dulce, si es joven o tiene mucha crianza en botella o madera y si va a resultar potente en boca.....y todo eso sin probarlo ni olerlo!!!!!!!!!!!!!!!

3 comentarios:

  1. Me encanta esta sección que tienes, se aprende, te felicito. Un abrazo, Clara.

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  2. Un post didáctico que siempre viene de maravilla para aprender...
    Un abrazo.

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  3. Este post me gusta un montón, aprendemos un montón contigo¡ feliz semana¡

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