Tarta biberón de bizcocho de vainilla y limón, relleno de frutos rojos y crema de mascarpone

Hoy estoy muy orgulloso de poder presentaros mi primer encargo de tarta personalizada. Una compañera me dijo que iba hacer una fiesta baby shower a su amiga y que quería una tarta para el evento y se nos ocurrió hacerla en forma de biberón. Los que me seguís desde hace tiempo sabéis que no soy muy fan del fondant, aunque reconozco que quedan fantásticas las tartas, así que me puse a pensar como podríamos cubrirla y me decidí por una crema de mascarpone.

Probé varias recetas que había por internet, pero no terminaban de gustarme ya que sabían mucho a mantequilla, así que tuneé un par de ellas y al final conseguí una crema suave y muy sabrosa. Para el relleno y el bizcocho fui más clásico y elegí una mezcla de limón, vainilla y frutos rojos. Parece ser que el resultado gustó o eso me han dicho y yo que me quedé con un trozo, os puedo decir que estaba de rechupete.

Me puse algo nervioso, por que no lo había hecho antes y fue toda una odisea, desde cortar los bizcochos para darle forma, hasta cubrir la tarta con la crema...jajajaja para verme...de verdad, pero prometo que la próxima pareceré mucho más profesional jajajajajajajaj.

- INGREDIENTES para 22 personas

Para 1 bizcocho (la tarta lleva tres iguales)
   1 yogur de limón
   con la medida del yogur vacio
      1 yogur de aceite
      2 yogures de azúcar
      3 yogures de harina
      1 cucharilla de extracto de vainilla
      1 sobre de levadura
      1 pizca de sal
       La ralladura de la piel de un limón

Para el relleno
   8 cucharadas de agua
   3 cucharadas de azúcar
   300 mg de mermelada de frutos rojos buena
   1 chorrito de zumo de limón

Para la crema de mascarpone
   250 gr de mantequilla
   500 gr de mascarpone
   300 gr de queso de untar estilo Philadelphia
   Colorante morado
   2 cucharillas de esencia de vainilla
   300 gr de azúcar glass

Para la decoración
   Regaliz negro

- ELABORACIÓN: 

Comenzaremos con los bizcochos. Necesitaremos tres, así que nos armaremos de paciencia jajajaja.

Encendemos el horno a 190º C.

En un cuenco grande mezclamos el azúcar con el yogur, la ralladura de limón, el aceite y la cucharilla de esencia de vainilla. Mezclamos bien con las varillas de la batidora durante un par de minutos para que quede esponjosa. Añadimos después los huevos uno a uno sin para de batir y mezclamos todo bien a máxima velocidad durante al menos un par de minutos más. Incorporamos entonces la pizca de sal y la harina poco a poco, en unas tres veces, sin parar de batir pero esta vez ya a velocidad media. Una vez que esté todo bien mezclado, incorporamos la levadura y lo mezclamos esta vez con una espátula de silicona. Pasamos a un molde previamente engrasado y metemos al horno durante unos 30 minutos.


Los primeros 20 minutos no abrir la puerta del horno para que nos quede bien plano. Después podemos comprobar si está al introducir un palillo y que este nos salga limpio. Sacamos del horno dejamos enfriar 10 minutos antes de desmoldar y ponernos con el siguiente.

Para el relleno hacemos un almíbar con el azúcar, el zumo de limón y el agua. Ponemos el agua a fuego medio y cuando esté caliente añadimos el zumo de limón y el azúcar. Dejamos que hierva y se espese hasta que adquiera la consistencia de un jarabe. Apagamos se lo añadimos a la mermelada. Removemos y guardamos. Para rellenar necesitamos que esté bien fría.

Para la cobertura de mascarpone, comenzamos batiendo el azúcar glass con la mantequilla a temperatura ambiente al menos tres minutos para conseguir una crema blanquecina muy esponjosa. A esto le vamos añadiendo poco a poco el mascarpone y el queso de untar sin parar de batir y cuando nos quede un poco de queso todavía por incorporar a la mezcla, añadimos la esencia de vainilla. Tendremos que batirla al menos durante diez minutos para que quede bien esponjosa y cremosa. Dividimos la crema en cuatro y a una de las partes le añadimos el colorante morado. Mezclamos bien hasta obtener el color deseado. Las otras tres las juntamos y las dejamos en blanco.Metemos en la nevera.

Al día siguiente partimos los bizcochos por la mitad y los rellenamos con la mezcla de almíbar y mermelada de fresas. Tapamos con su mitad y con ayuda de un cuchillo grande le damos la forma que queramos, en este caso la de un biberón. Yo utilicé una plantilla en cartón para que me fuera más fácil cortar sin tener que hacerlo de memoria y poder hacer un estropicio. Nosotros utilizamos un bizcocho completo para el cuerpo y un corte del segundo. La rosca era el resto del segundo bizcocho y la tetilla la recortamos directamente del tercero, por lo que nos sobró casi medio bizcocho. Luego recortamos un poco los lados del cuerpo del biberón para darle una forma algo más redondeada.

No os preocupéis por los restos de bizcocho....aquí lo aprovechamos tooo tooo y toooooooo y haremos unos cakepops estupendos jajajajaj.

Una vez que tenemos la forma hecha, solo nos queda cubrirla con la crema de queso, nos ayudaremos de una espátula de silicona y un paleta lisa, iremos con cuidado y pieza a pieza suelta, que vamos reservando sobre una rejilla.

El cuerpo y la tetilla en blanco y la rosca en morado. Una vez completamente cubierta de crema (a mi me llevó casi una hora, sobre todo los laterales.....jooo), solo quedará el montaje sobre la superficie final. Nosotros escogimos un bonito papel de topos de colores por su aire alegre e infantil.

Montamos el bizcocho ya cubierto y con mucho cuidado y un poco de crema disimulamos las junturas. Ponemos un poco de crema morada en una manga y decoramos el contorno de todo el cuerpo. Acabamos con unos trocitos de regaliz de distintos tamaños para simular las rallas medidoras del biberón.

- MARIDAJE:

Como era una baby shower el maridaje perfecto sería un yogur batido de fresa, nada de alcohol. Si nos la comemos en casa solos una copa de cava brut será perfecta.

- COSTE: medio. 

- DIFICULTAD: media. 

- TIEMPO: 6 horas.  

- CALÓRICO: mucho, mucho y más todavía.